Londres y su inspiración arquitectónica
- Cristina Alvarez
- 23 abr
- 4 Min. de lectura
Hace poco estuve en Londres, una ciudad que nunca deja de sorprenderme y de inspirarme como interiorista. Pasear por sus calles es como abrir un libro de historia ilustrado: fachadas victorianas, edificios contemporáneos, callejones con siglos de historia y rincones verdes llenos de encanto.
Hoy quiero compartir contigo algunas curiosidades arquitectónicas que descubrí durante este viaje, y cómo conectan con mi forma de entender el diseño de interiores. Porque al final, todo influye cuando diseñamos hogares a medida.
El estilo inglés: identidad en cada ladrillo
Uno de los elementos más reconocibles de Londres y de muchas otras ciudades del Reino Unido son las casas adosadas de ladrillo rojo, conocidas como terraced houses. Estas viviendas tradicionales, con entrada a pie de calle y estructura estrecha pero profunda, esconden muchas peculiaridades.
En la mayoría de casos, estas casas cuentan con un semisótano que originalmente se usaba como lavandería o zona de servicio. Hoy se reconvierten en cocinas o espacios de trabajo, y ganan valor como parte activa del hogar.
Algo muy característico es que sus escaleras suelen ser irregulares o torcidas, resultado de las limitaciones técnicas de la época. Lejos de restarles encanto, aportan un toque auténtico y nos recuerdan cómo se construía antes: con oficio, pero sin nivel láser.
Las chimeneas, que coronan los tejados en hilera, no solo son estéticas: su número indica cuántas habitaciones tenían originalmente, ya que cada una contaba con su propio punto de calor.
En cuanto a las ventanas, son típicas las de tipo guillotina, que se abren de forma vertical. Este sistema no solo es práctico, también da mucha personalidad a la fachada. Y hablando de fachadas: se abren tanto hacia la calle como hacia el jardín posterior, favoreciendo la ventilación cruzada y la entrada de luz.
Pasado y futuro en la City
La City de Londres es el núcleo original de la ciudad y hoy su corazón financiero. Aquí es donde pasado y futuro se abrazan sin complejos. Puedes caminar por calles medievales, cruzarte con ruinas bombardeadas durante la Segunda Guerra Mundial y, en la misma escena, ver algunos de los rascacielos más espectaculares de Europa.
Uno de mis rincones favoritos fue St Dunstan in the East, una antigua iglesia gótica convertida hoy en jardín urbano. Un lugar silencioso en medio del ajetreo. Cerca está el mercado de Leadenhall, con estructura de hierro y cristal, que conserva su aire antiguo mientras alberga tiendas y restaurantes modernos.
Y si miras hacia arriba, encontrarás la obra de arquitectos como Norman Foster, con su famoso Gherkin (30 St Mary Axe), o Rafael Viñoly, con el Sky Garden, un edificio con jardín panorámico en las alturas. Sin duda un mirador muy recomendable para visitar, magníficas vistas en un entorno arquitectónico único.
Desde aquí, o desde el puente de Tower Bridge, se aprecia uno de los contrastes más potentes de la ciudad: la Torre de Londres, medieval, junto a un skyline dominado por el cristal y el acero. Reflejo del contraste que se vive en esta ciudad entre el pasado y lo contemporáneo.
Interiores con mucha identidad
Si algo me llamó la atención de nuevo fue lo acogedores que pueden llegar a ser los interiores británicos. En muchos hogares tradicionales siguen presentes la moqueta, incluso en las escaleras, y los papeles pintados con estampados florales o geométricos que aportan calidez y textura.
Uno de los grandes protagonistas del estilo inglés es el sofá Chester, todo un icono de la decoración británica. Con su respaldo abotonado, piel oscura y postura recta, sigue causando sensación en todo el mundo.
El interiorismo inglés también destaca por el uso abundante de madera oscura, especialmente en muebles de roble o nogal, y por una atmósfera que combina tradición y confort. No faltan los textiles de cuadros como el tartán o el tweed, muy habituales en las casas de la campiña inglesa. Estos estampados se adaptan a cada estación, aportando textura y personalidad.
Otros elementos que se repiten en este estilo son los relojes antiguos, los cuadros decorativos, las grandes estanterías repletas de libros y, por supuesto, los estampados florales, ya sea en cojines, cortinas o papel pintado. Y en cuanto a la iluminación, las lámparas de araña o candelabros de cristal son todo un clásico que refuerza ese aire distinguido y acogedor.
Cómo dar un toque británico a tu decoración
Después de un viaje inspirador como el de Londres, es fácil querer trasladar algo de ese estilo a casa. Y aunque no vivamos en una terraced house, hay pequeños gestos decorativos que pueden aportar ese aire british tan especial:
Papeles pintados: Los estampados florales, geométricos o de inspiración botánica son muy característicos. Puedes colocarlos en una pared del recibidor, en el baño o en el cabecero del dormitorio para un efecto elegante y acogedor.
Butacas tapizadas: Un clásico del estilo inglés. Ya sea en terciopelo, piel o estampados, una buena butaca bien ubicada aporta confort y estilo al instante.
Moquetas o alfombras mullidas: Si no eres fan de la moqueta integral (muy común en Reino Unido), apuesta por alfombras gruesas en tonos cálidos o con estampados tradicionales para sumar textura y calidez.
Detalles en madera oscura: El mobiliario británico tradicional suele incorporar maderas como el roble o el nogal. Puedes introducirlo en pequeñas dosis: una consola, una mesa auxiliar o marcos de cuadros.
Cortinas pesadas y con caída: Vestir las ventanas con tejidos gruesos o con estampados clásicos no solo aporta ese aire inglés, también ayuda a aislar térmicamente en los meses más fríos.
Chimeneas decorativas: Aunque no todos los hogares pueden tener una chimenea real, una falsa chimenea decorativa o una eléctrica con marco de madera puede convertirse en el punto focal del salón.
Colores sobrios y sofisticados: Verdes oscuros, azules intensos, burdeos o mostaza... Todos ellos evocan la elegancia británica. Combinados con blancos cálidos o grises suaves, crean espacios equilibrados y muy acogedores.
¿Qué me llevo como interiorista de todo esto?
Londres me recordó que los espacios no tienen por qué elegir entre tradición y modernidad. Ambas pueden convivir, dialogar, complementarse. Y eso es algo que también aplico en mis proyectos como interiorista en Barcelona, me encanta tomar ideas de estilos internacionales y adaptarlas a los gustos, usos y costumbres de aquí, siempre buscando un diseño personalizado y funcional.
Si te apetece rediseñar tu casa con un toque internacional, o si quieres empezar a planear tu próxima reforma, escríbeme.
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